Las primeras asociaciones que realizamos en la mente, tras escuchar la frase empresa familiar, son restaurantes administrados por un matrimonio, o el carwash local propiedad de una familia por varias generaciones. No obstante, algunas de las compañías más grandes del mundo, como Walmart, Volkswagen, Ford y otras, al igual que loables ejemplos del mercado local, son organizaciones con capital semilla familiar, que lograron atravesar la barrera generacional, encontraron esa necesaria sinergia y comunicaron adecuadamente las necesidades de la coyuntura de manera precavida.

Inicialmente, los números no parecen tan alentadores,  en ese sentido, publicaciones recientes de Forbes expresan que 9 de cada 10 corporaciones estadounidenses son de propiedad familiar o controlados por una familia. Este fenómeno se replica en los países latinoamericanos. Y siguiendo con las cifras, solo 7 de cada 10 organizaciones logra no logra sobrevivir a la siguiente generación.

En contrapartida, quisiera retomar la conversación hacia las empresas familiares exitosas. Efectivamente, tomaron decisiones trascendentales que las catapultaron a la cima de la pirámide, y las líneas que comparto esta semana con los lectores, está orientadas precisamente a esas acciones, a esos factores comunes que a mi criterio, fueron más que claves para su sobrevivencia de una generación a otra, y no menos importante, preferencia del público.

1. Valores corporativos claros. En toda familia se aprende con el ejemplo, y así como las buenas prácticas, los valores empresariales deben ser claros para todos los organizadores, de tal manera a que fundadores y subsiguientes generaciones de la organización los conserven, conscientes de ser estos, los cimientos de la unidad de negocios.
2. Planificar la sucesión. Una correcta transmisión de la empresa a la siguiente generación es sinónimo de visión a largo plazo, y asegura la continuación del negocio. Me apropio de las palabras de Iñigo Errandonea de Detusche Bank España, cuando menciona que para lograrlo, se requiere de una planificación temprana y una clara comprensión de las expectativas, y descuidar esta faceta sería un error que conllevaría consecuencias graves en el futuro.
3. Espíritu emprendedor con vocación de ser pioneros. El emprendimiento es la base sobre la que se sustentan las empresas familiares. La disrupción e innovación, además del claro objetivo de estar en la vanguardia, ya sea aplicando un rebranding al packaging de ciertas líneas de productos, abordando nuevos mercados o incluso, incursionando en nuevas prácticas, son vitales para que tota organización se mantenga vigente con relación a su competencia.
4. Reinvertir beneficios. Una práctica común en empresas europeas, es reinvertir los beneficios en lugar de repartir dividendos, esta acción se explica, porque invertir en la empresa permite que la misma crezca; los beneficios son destinados a nuevos proyectos, a la innovación, a la transformación digital, aún más si la organización tiene planes dar el paso a capital externo.
5. No retrasar la toma de decisiones. Es necesario que, como en toda organización, las empresas familiares cuenten con una dirección eficiente y rápida en la toma de decisiones, porque precisamente, recaen en los miembros de la familia. Avanzar y adaptarse, son acciones indispensables para el éxito a largo plazo.
6. Evitar el aislamiento. Las pequeñas y medianas empresas (PYMEs, como las conocemos), necesitan apoyarse de partners para crecer, puesto que se debe asegurar estar acompañado de aliados estratégicos de nivel, que acompañen el crecimiento y sobre todo, la orientación a resultados y mejoras.
7. Las emociones y los negocios permanecen separados. Probablemente suene un poco frívolo, puesto que como personas, es en sí difícil separar a la persona de sus afectos, pero si no los separamos, corremos el riesgo de restar objetividad en la toma de decisiones, lo que consecuentemente, afectaría la reputación y credibilidad a la organización.
8. Cuentas claras mantienen a las familias. Más de uno habrá escuchado el conocido refrán que reza: “cuentas claras conservan amistades”, y en los negocios familiares este factor es más que clave, a la hora de establecer desde un principio los porcentajes de participación que se asignará a cada miembro de la familia, así como los mecanismos de acción para manejar casos como renuncias, para evitar malentendidos.
9. Estructura y orden. En toda organización, los perfiles deben estar claramente diseñados, así como los grados de responsabilidades, aún más en las empresas con capital familiar, puesto que potenciará la cultura del trabajo en equipo, y todos los miembros estarán enfocados en cumplir metas en común, lo que posteriormente fomenta el trabajo en equipo, y principalmente, el crecimiento de la empresa.
10. Apoyo sí, nepotismo no. Las responsabilidades son iguales para cada uno de los colaboradores de las organizaciones, incluso para los familiares y accionistas. Recomiendo evitar las preferencias, ya que las mismas generan desigualdad, y esta puede producir eventuales roces con los demás miembros del staff, y en el peor de los escenarios, desestabilizaría el clima laboral.

Para no extendernos tanto, es más que clara la necesidad de la institucionalizar la gestión empresarial, aprendiendo, de forma estructurada pero no por eso fría, a separar las conversaciones de orden familiar y los de orden empresarial.